Un sitio pequeñito y acogedor con un servicio muy cercano y desenfadado. Los arroces exquisitos. Las croquetas de lo mejor y más original que he probado. Repetiremos para catar el resto de platos. Por cierto funciona con un menú, muy bien de precio que se repite y es distinto cada día de la semana. Y los postres... Simplemente deliciosos.
Local pequeñito pero muy bien decorado.
Le pedimos al camarero que nos recomendara él, acertó de pleno.
Las croquetas estaban buenísimas, recomiendo una que llevaba miel a priori puede sonar mal pero estaba buenísima.
Los bolos de millo también estaba bueno y la tosta de oreja, a mi que no ne gusta la textura de la oreja casi ni se notaba de lo fina que estaba.
Para terminar la tarta de queso casera.
¿Cómo definir este sitio? Sin duda, uno de los mejores de Santiago. Un lugar tanto para comer para tomar algo.
Lo mejor son sus croquetas, únicas y especiales. Hacía tiempo que no probaba unas tan buenas.
De verdad, si pasáis por la Rúa do Franco es una parada obligada
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